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martes, 12 de agosto de 2014

Grupos Étnicos Tierras Bajas en Bolivia

En Bolivia existen 33 etnias o formaciones etnosociales distintas, reconocidas oficialmente como tales, y con un abanico poblacional que va desde las macro etnias Quechua (2.500.000) o Aymara (1.500.000), hasta el otro extremo como la micro etnia Pacahuara (11 personas). Al interior de las etnias de mayor población aparecen muchas configuraciones de identidad sociocultural diversa, como el caso de los Callahuayas (aymara-quechuas), los Tentayape (guaranís), los Paiconeca (chiquitanos), los Ignacianos y Trinitarios (mojeños), los Joaquinianos (baures),los afrodescendientes (aymara-criollos), y muchos otros que conservan singularidades etnoculturales dentro de los cuerpos sociohistóricos y sociolingüísticos mayores.

En este punto afirmamos que la etnicidad de la totalidad de las etnias de tierras bajas -a pesar de que sus organizaciones sociopolíticas estén comprendidas dentro del ordenamiento legal del país, y de haber recibido por parte del Estado la promesa de obtener el reconocimiento de sus tierras tradicionales- sufre algún grado de vulnerabilidad permanente.

 “El desafío actual de las comunidades y organizaciones indígenas consiste en consolidar territorios viables que faciliten un desarrollo como ellas mismas se lo plantean:
1) La consolidación jurídica de la propiedad del territorio y del acceso a los recursos naturales en su interior;
 2) La consolidación de la gestión indígena del territorio, tanto para administrar internamente el propio espacio, como para negociar y relacionar con sectores no indígenas presentes en el territorio;
3) La consolidación económica y social, mediante el desarrollo de las comunidades de la manera que ellas mismas proponen”
Pueblos indígenas en situación de Alta vulnerabilidad en tierras bajas.
En esta sección destacamos que de las 29 etnias que componen el mosaico etnocultural de la amazonía, chaco y oriente de Bolivia, nosotros caracterizamos al menos 14 de ellas que presentan diferentes situaciones de vida extremadamente crítica. Los pueblos que entran claramente en esa caracterización son:
Amazonía: Araona (97); Machineri (200);Ese Ejja (2.300); Moré (300); Chacobo (850); Pacahuara (11); Yaminahua (400); Mbya Yuki (120);Sirionó (800); Yuracaré (3.600).
Chaco-Oriente: Guaraní (77.000, con casos especiales); Guarayo (11.000, con casos especiales); Ayoreo (2.500, con casos especiales); Tapiete (130); Weenhayek (2.500).
No vamos a extendernos en la consideración pormenorizada de cada caso, que por lo demás requiere de los estudios específicos y en profundidad que recién estamos adelantando; sin embargo es posible señalar las razones para esta caracterización, algunas en realidad comunes a todas las etnias de tierras bajas, que en estos casos se agravan extremadamente:
Bajísima densidad poblacional, con alto riesgo de reproducción biológico- vegetativa, donde la totalidad de las familias sufren de forma masiva el hambre y la desnutrición, la constante mortalidad infantil y la indefensión general ante las enfermedades (habiendo sido poblaciones muy numerosas en sus orígenes).
Carencia de recursos naturales de subsistencia, por carecer de tierras, mínimas, o por ocupar tierras eriazas, improductivas y pobres de vida natural (víctimas del despojo, empujados a sitios inhabitables por el latifundismo).
Grupos étnicos que están bajo tutorías foráneas, no demandadas por los nativos, que aunque intervengan a título humanitario, efectúan traslados forzados de hábitat y desarrollan una labor de inmovilización y aislamiento artificial de estos pueblos.
4) Grupos étnicos perseguidos por sectas religiosas.
5) Ser víctimas de desalojos con violencia armada por parte de sicarios, cuando los indígenas se asientan en sus propias tierras tradicionales, ahora detentadas por los latifundistas (casos Guaraní de Pananti en Tarija, o Guarayos en Santa Cruz).
6) Víctimas de la presión de colonizadores de tierras andinos, madereros, empresas agrícolas, ganaderas, petroleras y mineras; narcotraficantes y comerciantes inescrupulosos.
7) La existencia hasta el día de hoy de familias cautivas en servidumbre perenne por deudas absurdas, sin remuneración y sometidas a pago en especie vil, y mantenidas en relaciones laborales semiesclavistas , como otros casos de centenares de indígenas de la etnia Guaraní, en haciendas de las provincias Luis Calvo y Hernando Siles de Chuquisaca, y en otras de Santa Cruz y Tarija
Difícil accesibilidad a los centros de auxilio médico o de escolarización, viviendo en estado de abandono, que no es lo mismo que el aislamiento voluntario, puesto que ya están contaminados con las enfermedades importadas por el hombre blanco y mestizo, en tanto que los aislados no.

Pérdida de cohesión sociocultural propia, al extremo de producirse casos de mendicidad y prostitución para sobrevivir, en tanto individuos desarraigados, como sucede con numerosas personas de los Ayoreo en la ciudad de Santa Cruz.

Paradigma ancestral o Aymaracentrismo

Sin duda, esa tarea no está exenta de la dicotomía epistemológica entre centro y periferia, con una fuerte carga desvalorizadora de lo indígena. Al mismo tiempo, el discurso indígena es portador del bagaje colonial, neocolonial y recolonial que impone una convivencia difusa de códigos originarios con los propios de la civilización occidental, tal que coexisten sin demarcar territorios, entretejidos y superpuestos, volviendo difícil identificar cuánto de la denominada cosmovisión ancestral está formateada por categorías eurocéntricas.

El tema de la descolonización no ha sido todavía lo suficientemente reflexionado, por lo que es entendido según el color del lente con que se lo mire, aunque, en general, tiende a ser interpretado como un problema étnico que atañe exclusivamente al indígena. Existe la apreciación de que la colonización afectó solamente a los que nunca se autodenominaron “indios”, ahora “indígenas”, cuando la llegada de Colón truncó, torció e involucionó el desenvolvimiento de la identidad de los seres humanos que poblaban el Abya-Yala o América, al someterlos a la explotación, el esclavismo y la evangelización con una finalidad civilizadora frustrada, pues nunca se concluyó de asimilar estas culturas a la matriz occidental.

Esta perspectiva alienta la idea de que la descolonización en Bolivia tendría que apuntar a la preservación y/o recuperación de la identidad originaria del indígena andino-amazónico, lo que, desde una lógica dicotómica, carga con el supuesto de que este sector estaría renunciando a su integración a la modernidad para convertirse en un gueto esotérico.

La propuesta gubernamental boliviana se declara como una opción de vida para cualquier ser humano en Bolivia y el mundo, a la vez que aspira a construir los nuevos escenarios que harán posible salvar al planeta y la humanidad a partir del sentimiento ancestral de unidad hombre-naturaleza. Sin embargo, tiene un contenido altamente etnocentrista, aymaracéntrico, que reclama en exclusiva para los originarios andinos la potestad de “generar nuestras propuestas conforme a nuestras raíces e identidad”

La descolonización no es un alternar el ejercicio etnocéntrico y pensar que occidente no puede debatir con el pueblo indígena sobre cómo vivir en armonía con la madre naturaleza. Si se le proyecta esa incapacidad e ignorancia, se estará considerando que es occidente quien ahora debe ser salvado por el otro desenterrado, lo que no hace más que reproducir las mismas actitudes colonizadoras que guiaron el proyecto de la modernidad.

Es decir que el nuevo paradigma debe ser construido y reconstruido con el aporte de todos los individuos del mundo –y no sólo los andinos– que se sientan unidos y equilibrados con la naturaleza, el cosmos y la totalidad de la realidad. Ello implica la deconstrucción-reconstrucción de los modelos conceptuales, epistémicos y vivenciales que rigen las relaciones humanas en todo el planeta, así como las relaciones entre el hombre y la naturaleza; por tanto, excede con creces cualquier visión reduccionista que pretenda limitarla o circunscribirla a un grupo étnico, o aún al ámbito social boliviano.


Antes bien, es fundamental cerrar toda posibilidad de bipolaridad ideológica y abrirse a múltiples visiones de realidad, de ser humano y de conocimiento, incluida la indígena andina, pero no en exclusiva, porque eso trasluciría un nuevo etnocentrismo o una inversión del actual etno-eurocentrismo.

El Gran Poder

La festividad del señor Jesús del Gran Poder es tradicional y costumbrista de la ciudad de La Paz, tiene su origen en la populosa Zona del Gran Poder, conocida como el barrio de Ch’ijini y que se celebra con una extraordinaria demostración folclórica en honor de la imagen (en lienzo) que se venera en el Templo de la Calle Antonio Gallardo.
Antiguamente la devoción a la imagen, del Señor del Gran Poder, era muy grande en el pueblo Paceño, los días viernes de cada semana acudían al templo desde las diferentes Zonas de la Ciudad de La Paz para recibir las bendiciones y milagros.

En la actualidad es un escenario donde se ostenta el nivel económico de grupos sociales Aymaras, Quechuas, círculos sociales medios, bajos y altos, que lastimosamente tiene un común denominador el consumo irracional de bebidas y demostración de poder económico de actividades comerciales y creencias paganas.

lunes, 30 de junio de 2014

LA PRODUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO LOCAL



“De qué manera la reflexión intelectual llega a un grado de radicalidad tal que conocer implique conocerse, re-constituir lo pensado por otros desde una totalidad social propia y contemporánea como Bolivia” Luis Tapia. 

Lectura que pretende elaborar una memoria analítica y reflexiva de un momento importante del pensamiento político moderno en Bolivia proyectando el trabajo de la ciencia social, el análisis político y la historia. 

Es un objetivo de este trabajo no sólo hacer el análisis de una obra, sino abstraer momentos lúcidos del pensamiento social boliviano, a través de una apropiación que en este caso es la elaboración de su historia interna. 

Exponer el cómo se ha pensado y analizado la política y se ha hecho la historia en Bolivia desde la década del 50, y en particular exponer y argumentar cómo en la obra de Zavaleta hay una alternativa consistente y compleja para la producción del conocimiento local. 

Realiza una reexposición interteórica desde Zavaleta y acerca de Bolivia, su desarticulación conflictiva. 

La historia intelectual de René Zavaleta Mercado es pensada como una maduración marxista que complejiza la producción de historia local más allá de los márgenes de los modelos generales de la teoría social. 

Tapia explicita las motivaciones ético-discursivas de su intervención analítica, funda un espacio de autorreflexión intelectual y producción teórica local propia. 

La historia son procesos económicos, políticos, sociales y culturales que nos acercan a diferentes momentos, que han sido claves en Bolivia que proponen un punto de partida para el debate, la reflexión y que hacen de Nuestro país, un país con memoria.

Bibliografia:

Tapia, L. (2002). Producción del Conocimiento Local. La Paz - Bolivia: Muela del diablo.

jueves, 26 de junio de 2014

Apuntes para un Estado Plurinacional



“El 2005, la oposición política empezó a señalar que había dos Bolivias, una indígena, arcaica, subdesarrollada y pobre asentada en el occidente y otra moderna, con un mestizaje regional, exportadora y próspera, en el oriente.” (Soruco Sologuren, 2011) 

Sin lugar a duda este tipo de declaraciones llegan a lo más profundo de sentimientos encontrados y desaprobación, estas actitudes a ocasionado que movimientos indígenas contemporáneo como un sujeto articulador de lo plurinacional, y al proceso de transformación actual como un proyecto plurinacional con hechos históricos, que ha generado una intersección entre el horizonte de liberación indígena, que es muy anterior al de la independencia, con el Taqui Onkoy de 1560, las rebeliones que culminan con la muerte de Tupac Amaru I en 1572, y el horizonte nacional popular constituido en la Revolución de 1952, esta intersección podría implicar un proyecto plurinacional que sea por una parte, un ir más allá de la autodeterminación propia para responsabilizarse por articular lo común y por otra, por medio de esta responsabilidad por lo común que a su vez garantizaría la posibilidad de autoafirmación propia pero bajo un horizonte donde todos puedan caber, y no la lógica moderna de la guerra de todos contra todos, superar la lógica colonial de las dos Bolivias y aquella etnocéntrica del nacionalismo. 

Este vaciamiento señorial de la representación de la nación es determinante porque interpela de una manera radicalmente nueva al movimiento indígena y popular: su horizonte de liberación, de autodeterminación y autogobierno más allá de la institucionalidad colonial liberal, hoy debe subsumir la responsabilidad por la comunidad boliviana en su conjunto. 

Es necesario diferenciar dos dimensiones en el despliegue de las luchas políticas de las organizaciones indígenas que permita abordar su potencial como horizonte de liberación para todos, en este tiempo: una en tanto oprimidos y por tanto interiores al orden moderno colonial, y otra, como excluidos, como exterioridad de ese orden. 

Libertad como autonomía que es tomar la historia en sus manos, posicionarse como hacedor de ella, buscando transformarla con la praxis, porque puede ser que quien reconoce su situación la asuma como inevitable o se asuma como incapaz de modificarla. 

Ninguna condición constituye un sujeto, sólo él mismo define ser sujeto y desde ahí buscar las posibilidades de cambio. 

El sujeto político, así como la constitución de su proyecto, es siempre un hecho histórico en tanto presente, porque estamos hablando de que la política se hace con personas de carne y hueso, que enfrentan su dominación en un momento determinado y buscan solucionarlo en acciones concretas. 

Los seres humanos se hacen sujetos políticos cuando se preguntan lo que han sido, lo que son, lo que pueden ser. Cuando miran atrás para reconocer lo que fue (el pasado como lo dado, lo que hubiera sido o lo que aún puede ser, lo todavía no proyectado al futuro, lo que puedo hacer que sea en tanto acciones concretas dirigidas hacia un proyecto real. 

Hoy día las preocupaciones se han desplazado a otras problemáticas. La derrota política del proyecto autonomista oriental, que en su ala radical, se convirtió en separatista, la “hegemonía” del actual gobierno y no obstante aquello los desafíos de construcción de un Estado plurinacional con autonomías, de una gestión pública que encamine las transformaciones propuestas, y el tema medular de dependencia energética, encarecimiento de la vida, y reproducción de la lógica de mercado han encaminado la necesidad de pensamiento ya no al significado de lo que vivimos estos años, sino a cuestiones más concretas que avancen lo trazado. 

Bibliografía 

Soruco Sologuren, X. (2011). Apuntes para un Estado Plurinacional. La Paz: Bolivia.

Teoría del Estado



“La Teoría del Estado es una disciplina científica especial que se ocupa de investigar la realidad específica del Estado tratando de comprenderlo, explicarlo, describirlo e interpretarlo en su naturaleza, función, su desarrollo y su unidad, deduciendo de su estudio comparativo a través de la historia, las leyes generales que rigen su organización y su estructura, su construcción, sus transformaciones, y las tendencias de su evolución, que abarcan inclusive a las razones de su extinción, puesto que los Estados desaparecen sea para siempre o para dar lugar a otros Estados” (Coca Suarez Arana, 2011) .

Esta definición es para mi un punto de partida que resume un nuevo área del conocimiento, que define aspectos básicos para el entendimiento de la Teoría General del Estado, donde se propone hallar el principio fundamental del Estado en general, contexto científico y determinaciones fundamentales. 

La Teoría Particular del Estado se ocupa de estudiar las instituciones particulares de los Estados en general y de grupos determinados de un Estado. 

A la Ciencia Política le interesa estudiar el comportamiento político efectivo y observable de las personas y las sociedades, así como de sus estructuras y procesos, describe una situación política dada en un determinado momento histórico en una sociedad, la explica desde diversas visiones e interpreta el fondo de dicha situación. 

La Ciencia Política también estudia todo lo referente a la actividad humana que denominamos “poder”, desde el punto de vista político. 

Durante la Revolución Industrial y las revoluciones liberales del siglo XIX, hubo la necesidad de efectuar una crítica social a fin de evaluar los cambios sociales y políticos que sucedían, así como su impacto en la sociedad y los motivos que los habían producido. 

La palabra política designa siempre un sector social de la realidad humana. La política, como realidad humana, supone ante todo la existencia de seres humanos que viven en una interacción constante (relación de mando y obediencia en donde hay gobernantes y gobernados). 

La Ciencia Política o Teoría del Estado, como toda ciencia, se relaciona con distintas ciencias y, en ocasiones, hasta se mezcla con otras. 

La Ciencia Política es transversal a todas las ciencias sociales figurando dentro de Programas Académicos de las Carreras de Derecho y de Relaciones Internacionales como, Ciencias Políticas, Teoría del Estado, o Teorías en plural. 

Sin las Ciencias Políticas habría una enorme desorganización mundial, ya que no habría división de poderes, no habría gobernantes, no habría democracia ni nada de ello por estudiar y enseñar. Es por ello que esta ciencia tiene gran importancia, en la sistematización del conocimiento que le compete para la aplicación práctica de la misma. 

La Ciencia Política es muy importante ya que mantienen al mundo trabajando, mediante la relación de poder que se da entre los gobernante y gobernados y que hacen que una sociedad prospere o empeore. 

Esta materia nos otorga los instrumentos doctrinales para la aplicación de la misma; la práctica depende de los gobernantes y de los gobernados, puesto que los primeros deben responder al mandato popular de los segundos. 

Bibliografía 

Coca Suarez Arana, P. (2011). APUNTES DE TEORÍA. Santa Cruz: Impreso en Bolivia.

lunes, 23 de junio de 2014

Bienvenidos

CF. DEMN. Julio César Lima Sandalio

Soy de la Armada Boliviana



Área de Responsabilidad

 

E.A.E.N - PROMO LV

"El mar nos pertenece por derecho, recuperarlo es un deber"

Armada Boliviana

Juntos hacemos historia
 
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